Camino

Me equivoqué.

Me mantuve despierto,
con miedo incluso a parpadear.
Los ojos entornados al desconfiar,
y los pies quietos por no tropezar.

Te dije que estaba herido,
muriéndome por dentro.

Te dije que estaba perdido,
en mitad del camino de mi vida.

A veces pienso que me mantuve vivo por ti,
tantas como las veces que hubiera muerto por ti.
Tantas como enterrado estuve,
en aquel callejón sin salida.

Ahora ya no importan nada.
Ni las idas ni las venidas,
ni las tristes despedidas.

Escondiendome en la oscuridad,
aún puedo ver tu sombra,
inmóvil y frágil como un hilo de cristal.
Pero firme,
como la cuerda que espera verme tropezar,
la trampa del cazador escondido.

Ayudame a encontrar el camino correcto,
las señales que me lleven directo a ti.
Sin largos y confusos rodeos que me alejen,
que malgasten este tiempo sin ti.

Que es verdad,
que no me aprendí tu recorrido,
que nunca va a ser el mismo,
que nunca voy a ser el mismo.
La línea rota del destino.
El mapa del tesoro perdido.

Eres ese hilo de luz que se cuela por mi ventana,
la esperanza de un preso enloquecido,
la llave de la prisión desde donde escribo.
La que una vez fue una bendición para ti,
tan solo por estar conmigo.
La misma que hoy recuerdas como un castigo.

Me equivoqué.

Me mantuve dormido,
con miedo incluso a despertar.
Los ojos abiertos de par en par,
el regalo del niño sorprendido.

Te dije que estaba herido,
muriéndome por dentro.

Te dije que estaba perdido,
en mitad del camino de mi vida.

Soy la tierra que cae sobre mi,
la misma que me pesa cada día.
El estandarte y la reverencia,
el profeta de la profecia autocumplida.

Rebuscando en la verdad,
aún quedan restos de mentiras.
Que no es cierto todo lo que piensas,
ni verdad lo que intentas admitir.
Que la culpa no es del que lucha,
en una batalla en la que no quieres combatir.

Ni amiga ni enemiga,
ni contigo ni sin ti.
La balanza del corazón olvidadizo,
la venganza del sueño vigía.

No me conformo con ser el error,
que tienes que olvidar,
la confesión arrepentida del tiempo perdido.
No lo voy a dejar marchar,
ni que duerma la esperanza de un nuevo despertar,
en el que todo se ha haya olvidado
y podamos volver a empezar.

Que es verdad,
que estás rota y sin aire.
Que no soy capaz de arreglar este desastre.
Y que se que te quiero mucho,
porque duele mucho,
porque pesa mucho.
Y que el calor que antaño tuve,
ahora no quema, arde.
Como la vaina del valiente caballero,
como la lengua de un cobarde.
Que mucho dice y poco hace,
que lo deja todo para más tarde.

Me equivoqué.

Culpa mía por escuchar cada detalle.
Lo malo está para olvidarse,
y no para no dejar de recordarme
que me equivoqué,
y no pienso volver a equivocarme.

Javier Sánchez Lobato

27-05-2014

mayo 27th, 2014 by JSanchez | No Comments »

Despertar

La fama es el óxido de la cadena de la moda. La ciudad ruge, todos huyen de lo que esperan , se cobijan bajo ideas de seguridad , curiosidad no finita, agua fria para pies descalzos , de nuevo asoman los cuernos de la lentitud, pasa el tiempo, paso a paso, sensación de movimiento, monotonia , triste sinfonia llamada futuro, miedo al despertar y miedo a dormir… sueño… sueño y sueñas, soñamos, sueñan… no soñaremos, ojalá sueñen… ya no suenan las notas del dolor, sensación perecedera.

mayo 8th, 2014 by JSanchez | No Comments »

Trajes y gabardinas

Entiendo que hay razones sin explicaciones
decisiones expectantes de rectificaciones.

Mantente ahí, a dos metros
de la prisión de mi cuerpo,
de las cadenas de mis brazos,
de los grilletes de mi corazón.

Mantente firme,
con provocación de reverencia
de bailes de cortes
de príncipes y de princesas.

No basta con cerrar los ojos
para no verte,
ya hace tiempo me traicionaron
mis frágiles sentidos.
Y no por desobedecerme
dejaron de sentirte,
simplemente dejaron de seguirme.

Lideras una batalla
que ya ganaste antes de besarme,
antes incluso de haberme conocido,
aún antes de haberme cruzado contigo.

No creo en el destino,
menos aún teniéndote sin tenerte,
imposible por no tener el deseo concedido.

Mantenerse vivo.
Es la premisa de quien tiene su vida,
y la pierde.

Todos conocen tu juego de luces y sombras,
yo no lo entiendo,
ni lo critico,
simplemente lo juego.

¿Donde se esconden las respuestas del azar?

Mantente en tu sitio,
a la distancia donde no alcanza el compromiso.

Tirar los dados del azar cada noche,
no vivir sin sentirte,
no morir sin tenerte.

Repito en mis sueños aquel beso,
aquellas frases de amor que me dictaste,
aquellos susurros que me regalaste,
aquellos ojos que me clavaste.
Y no tengo miedo a esas heridas
que me duelen al despertar,
que no cicatrizan porque no estás,
y que me matarán cuando te vayas,
y sepan que no volverás.

Olvidar recomiendan aquellas voces consejeras,
de esclavos de sueños vacíos,
de picos y palas de excavaciones
de costumbres de ancestros.

Tantas veces he pagado el precio
de pedir que vuelvas,
a gritos moroso del respeto del silencio.
Tantas veces que algún día caeré preso
de traje y gabardina,
y entre paréntesis
consejero de olvido y de sueños vacíos.

No lo permitas por favor,
no dejes que callen lo que siento.

Ojos atentos esperan mi salto al vacío,
no dejaré de gritar tu nombre,
cuando a solas me encuentre,
gritar como lo gritaré en numerosa compañía.
Ahora márchate, no te seguiré,
me quedaré aquí,
encadenado a los sueños que me hacen rey,
y a ti reina de la noche,
a dos metros de cadenas y de grilletes.

Por si vuelves,
por si decides regresar.

Javier Sánchez Lobato

01-11-2007

marzo 5th, 2014 by JSanchez | No Comments »