Estandartes y Reverencias

Salto a salto aquella rana
Se convirtió en anfibio.
Beso a beso aquel santo
se convirtió en cupido.
Viajé sin alas, pero me llamaron “libre”.
Viajé sin ruedas, sin rumbo, sin proa ni popa,
Pero me siguieron llamando “nómada”.

Pusieron pomos en las puertas
Para que pudieran permanecer cerradas,
Y crearon ataúdes donde guardar las excusas…
Las cárceles … tienen rejas para dejar escapar
la envidia y los sueños …
La critica es la maza que te abre la cabeza,
y la mente …
Afila la punta de pistola que hoy comenzará
la lucha cuerpo a cuerpo,
Y un diario contiene la dirección de la muerte.
¿Has soñado hoy?
Mal hecho…
Los verdaderos amigos no existen,
Y como muestra de ello … ¡¡¡ Créeme !!!
Somos amigos ¿no?
Ya se lo que es la depresión,
la he visto en la tele.
Y los días pasan igual para un rico
que para un pobre.
Pero el excedente de uno es la falta del otro.
Y la codicia de unos es el orgullo de otros.

Una mujer desnuda hasta los ojos
reposa en un lecho de rosas,
esperando tal vez tanto más…
que el desorden o la conformidad.
¿O es que las mujeres no sueñan con nada?
La palma de un hombre marca con su mano,
la ley que domina a las mujeres.
¿Y que hay de las niñas?
No, las niñas ya no juegan con muñecas.

Alguien dijo un día que una sabana esconde rostros,
pero no voces.
¿Tienes miedo?
Y que la lluvia sigue mojando
cuando te cobijas de ella.
Prostitutas en la calle buscando su renacimiento
en su decadencia.

Blanco es el color de la pureza.
Y negro , el de la vergüenza.
Tropieza y verás que aún sigues en pie.

Nunca mires fijamente y sonrias,
lo satírico a veces es de mal gusto.
Y los caballeros cambian
cuando cambia su época.
Ya llevo demasiado tiempo
tarareando la canción “falsedad”.
La oigo demasiado.
Y hay músicos que no saben
ni lo que tocan …

Es tan depresiva que no recuerda
la última vez que se suicidó.
Y no suplicaré por algo
que sucede todos los días …

Si suena el teléfono,
espera lo peor …
la gente se suele “equivocar”…

Javier Sánchez Lobato
Marzo 2000

julio 8th, 2010 by JSanchez | No Comments »

Frio

No es mas que hielo lo que toco,
sólo dolor queda al intentarlo,
descansan en paz doce inviernos,
más formas de agonizar temblando.

Se fué sin avisar la calidez de mi ser
ya no hay piel que caliente mi piel,
ardor que empape mi pelo.

Soy la escarcha que arropa la hierba de tu lecho,
llegado con prisa propia de cienpiés,
a saltos de pétalo en pétalo
hasta las flores que reinan bajo el ciprés.

Soy la rabia del relente que invade tu pecho,
el vaho que era lienzo en tu espejo,
retén de la belleza de tu ojos,
guardián del tesoro de tu cuerpo.

Los dedos que dibujaron en el un te quiero,
y que no volverán a enredarse con tus dedos.

Ser inmortal una noche,
mas grande que mil cielos con estrellas.
No es pesar lo que siento al recordarlo,
muero de frio tan solo pensarlo,
aún con el sol puede helarme.
Sentir como la lluvia se despide,
gota a gota,
con un beso barnizado en tristeza.

No es pereza escudarse en tu recuerdo,
con lucha al compas del quiero y no puedo,
imagino cada día que pensarás sobre todo esto,
escéptica al ver el efecto de tus besos.
No es tramado amarte asi para escapar,
a cuestas cargando con alma muerta y cabeza loca,
siempre seré el que sueña con acumular y pagar,
el tributo a los labios que custodian tu boca.

Eres la luz que ya no alumbra mi oscuridad,
que ya no ciega mis impacientes ojos,
el agosto que no recorre mi cuerpo,
la libertad que me esquiva,
los grilletes que me condenan,
las cadenas que me atan,
el dolor que me hiela,
y el silencio que me vuelve loco,
y que me mata.

Javier Sánchez Lobato

22-9-08

julio 8th, 2010 by JSanchez | No Comments »

Reina de la noche

¿Alguien puede desviar la luz
de las estrellas?

Hace ya tiempo que soy ciego,
y las cadenas no me dejan
mover la cabeza.

¿Alguien puede recoger las flores del cielo
y las nubes de la tierra?

Hace ya tiempo que siento la oscuridad
como el único reino de grandeza.
La fantasí­a me concentra
y la realidad me distrae.

¿Alguien puede ayudarme a encontrar
a una sombra con la forma
de una hermosa doncella?

Hace ya tiempo que me hizo nacer
por su voluntad,
y ahora me hará morir
por su belleza…

Las lágrimas se secan
en amorosos pañuelos
de tristeza.
Y al goteo se le llama
“Mal de amores”.

Susurros…
Voces que se pierden
en la oscuridad de la noche.
Ahora entra el silencio
con su traje y gabardina.
Y entre paréntesis, su voz.

¡¡Cállate!! Tenle un poco de respeto,
o nos encerrará a todos
en su aburrida prisión.

Busco a quien se hace llamar
Reina de la noche.

Quien me confió su corazón
en la noche mas oscura
de todas…

Esa noche perdí­
los ojos que buscan
y los labios que encuentran.
Ahora solo conservo
los sueños que recuerdan
y las piernas que andan
bajo unas estrellas
que me hacen recordar.

Hoy la noche llama desconcierto
a la mentira más absurda
de todas…
Y la oscuridad que absorbe
al silencio
no le deja encontrar
la verdad en sus palabras.

Las cadenas se rompen
con una sola mirada.
Y mis ojos se cerraran
cuando me mires.

La incertidumbre del olvido…
aún te quiero…
señora de la noche…
¿Eres tu la reina de mis sueños?

La furia del deseo se desata
en la gran batalla
de los sueños en los que quiero
y en los que tengo.
La derrota es lo que tengo
y la victoria es lo que me regalan
las mentiras que no quiero.

Tal vez fue la agoní­a
quien me invitó a vivir
sonriendo…
O tal vez tu sonrisa
la que me obligó a vivir
sufriendo…

Uno no llora si no sufre
pero sufre sin llorar, a veces,
como el que sufre por llorar
tanto llorando por sufrir demasiado
como por hacer sufrir, y llorar
a quien no lo merece.

La saliva llena la boca
con mil gustos que saben
a mil recuerdos,
como las baladas llenan los oí­dos
con mil bocas resecas
que han perdido la saliva
con mil palabras perdidas.

Mi diversión se basa
en la ecléctica música
del santuario.

Música que compone una sombra
con ojos empapados en cera negra
y con los brazos y las piernas
barnizados en tristeza.

Música que seguirán bailando
mis pies descalzos
que sangran al pisar
los anillos que abundan
en la tierra del compromiso.

(Pobre ignorante…
toda una vida mirando al cielo
y cuando decide cambiar
su punto de vista
encuentra un anillo
que ya no entra en su dedo.

¿Demasiado tarde?, tal vez.
O puede que demasiado pronto…)

La incertidumbre del olvido…
aún te quiero…
Señora de la noche…
no me hagas despertar
de este hermoso sueño.

Javier Sánchez Lobato

16-06-2000

julio 4th, 2010 by JSanchez | No Comments »