Mil Promesas

Alguien me dijo un día que creía, como yo, en la noche, y yo comencé a creer, en ella … Era mi contradicción, mi ambición por encontrar a alguien que pudiera cargar con mi pequeño corazón. Y la deseé, pero no deseé su alma, ni su cuerpo, solo sus palabras, que me mostraron la forma de poder amar su hermoso cuerpo, y ju joven alma. Y a eso le llamé «mil promesas», de amor, y por amor…

Últimamente en mi corazón
todo engaño es poco
no quiero perder la razón
ni mi amor tampoco.

Quiero llegar al jardín
donde está esa flor
cortejada en todo momento
por ojos asombrados.

Quiero pedir a las estrellas
que no la miren
pues desearán la eternidad
de la noche.

Y al sol, que no se esconda
llorando por su escasa mirada
pues sus lágrimas la envolverán
con la luz del arcoiris.

Que mas pedir…
Que mas desear…
Solo su risa, dulce trofeo de dioses.
Solo sus palabras, solo su mirada, solo…

Y yo le daré mis manos
para recibir las suyas,
y demostrar que mi amor
no es comparable a las estrellas
pues desaparecen con el día.

Como tampoco al sol
pues su amor se esconde apenado
con cada nube de tristeza.
Y si, después de todo, no me cree,
entonces solo pediré que suelte mis manos…
Y le daré mi vida.

Javier Sánchez
07-09-1998

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